¡Esa era la cosa!
No haberlo pensado antes.
Educación de Cantidad
y no de calidad,
porque
si se suma una con otra
son más educación.
¿Y por qué no?
Además, si se suman
todas las educaciones
y se "envasan" de modo atractivo,
se genera valor agregado.
Yo diría que a este suma le viene bien
una etiqueta llamativa.
Por ejemplo: "excelencia".
¿Cómo no haberlo descubierto?
Pero no vengan aquí con la idea
de que haya que pagar impuestos
por esta suma de excelencias.
Eso sería desincentivar
mi apetito cuantitativo.
Señores:
Dejemos que la "Calidad" pague el impuesto,
si quiere.
Ahora es cosa de poner un aviso:
"Se necesitan dadores de sangre
para una Educación de Calidad".
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Enrique Dintrans A
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