Yo estudié en la escuela Santa María de Iquique
Sudor, salar y desierto eran maestros
Allá al pampino pobre mataron por matar
La niñez jugueteaba con sombras ancestrales
Y jugué a buscar tesoros que encontraría
Como figuras de plomo que sujetaban al cielo
Nadie diga palabra que llegará un noble militar
Nos dijo el señor de la mansión y el auto blindado
Un general que no escucha ha traicionado
Exterminio condecorado con estrellas ajenas
Premio en cuentas secretas honestas y milagrosas
Millones por los miles que mataron
Aún hay quien se pregunta ¿por qué habría que matar?
En las ruinosas aulas no basta sólo el recuerdo
El recreo es un lamento larguísimo de razones puras
Tenemos porque ganar será nuestro el mar
Habrá también libertad si quieren esclavizarnos
Vamos mujer el frío en las soledades
Piedra seca en el desierto grande
Quejidos de muerte lenta en quenas que silban lejos
Ya no podían más las gargantas resecas de los parias
Se fueron aunando los cantos para despertar
Largo camino no calles más
Allá en el puerto todo será distinto ya vas a ver
Allá veremos el sol de los poetas sobre el océano
La lección continúa enseñándonos si contemplan la pampa y sus rincones
Como respuesta a lo pedido respuesta limpia
Como curanto solidario que canta la comuna
Como conjuro contundente al momio solitario
Como homenaje reciente a los caídos de ayer
Unámonos como hermanos.
Yldefonso Fino
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