Ya son cientos de miles.
Siempre lo fueron.
Los alegres paladines de las aulas,
las titánicas hordas del libre saber.
Brotan por doquier
como pétalos primaverales;
de los libros olvidados de los anaqueles,
de los bancos de las plazas más ocultas.
Nacen cuando y donde nace el alba;
de la lógica y la crítica,
de la dialéctica y la biología,
de los átomos y los manifiestos.
Ya son cientos de miles, son millones.
Siempre lo fueron.
Las pancartas que alumbran los futuros,
los cuerpos valerosos contra el golpe, contra las celdas.
No habrá ya quien ose cortar su sendero.
No habrán ni gases, ni fracturas expuestas.
No habrán libros prohibidos
No habrán capitales bestiales.
La patria angosta del continente se enaltece.
El pueblo tras los Andes ruge y cura sus heridas.
Para que no haya lucro.
Para que seamos, pan, vino, rosas y literatura.
*Germán Sassarini.
Montevideo, Uruguay
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