Un niño se levanta
temprano a estudiar
con un lápiz, tiza y
pizarrón.
Y llega a su casa
soñando en ser un Arquitecto,
y estudia las
matemáticas, las reglas físicas, dibuja y es pintor.
Su don es tan
impresionante
pero el no deja de decir
que sus dibujos son feos,
como su cara, como su
casa, como su barrio,
como su colegio,
lleno de barricadas allá en Lo Hermida, cerca de los cerros.
Y mira a su lado a su
amigo, que lee y lee,
el considera que su
amigo sabe mucho,
es más inteligente y
tiene mejores notas,
y todos los días le convida de su colación en
un patio sucio.
Pero las matemáticas
son difíciles, la física también,
Y el quiere dibujar,
dibujar y dibujar.
Mientras el amigo lee
a Alan Poe
con frío, de un libro
que en la feria libre compró.
Y se juntan estos dos
amigos a conversar,
Y el de la lectura,
preocupado hablaba de desigualdad
Y el de las
matemáticas, le decía que las encuestas decían que no.
Y entre los dos solo
había dinero para una sopaipilla fuera del liceo de Aplicación.
Reunidos ya para
decidir, el de las matemáticas calculó,
contrastando la deuda
con la inversión.
Y el de los libros
insistía con la desigualdad
A lo que el cálculo no
alcanzó.
Los dos amigos se
despidieron
Y el de los libros
está de chofer,
Mientras el de las
matemáticas calcula
Como lograr pagar la
deuda de un Sueño y una Inversión.
Un Político piensa
como llegar a acelerar más el crecimiento.
Un Cura abominable
cuenta los puños en su pecho en su claustro.
Un Empresario en como
obtener mayores utilidades.
Un Científico en como
usar la Tecnología
en el Aula.
Y el de los libros
está de chofer,
Mientras su amigo
dibuja en su libreta
los números
necesarios para financiar su Sueño
que el Estado le
debía dar.
Se acuerda de su
amigo Chofer, las encuestas y la desigualdad,
El ya no quiere
dibujar.
Raúl Vergara Roa
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