Movimiento de subterráneas voces
dirigentes en un frenesí.
Se mueve la base de las cosas
y es difícil mantener el juicio.
Promesas destempladas, quejas
recriminaciones, hambre de pantalla
desahogos, burbujas egoicas desatadas
en un vociferante caldo libertario.
Ansia de protagonismo y presión, anhelo
autoexigencia por mantener
la voluntad inicial.
Pasos ahogados, dispersas energías y cansancio
Noche tras noche... ¿hasta cuándo esta agonia?
Pantallas y llamadas, documentos, advertencias
y apoyo... ¿dónde está el apoyo?
Movimiento, Movimiento, ¡esto tiene que resultar!
Por algo estoy aquí.
Desfilando, escuchando, tratando de ordenar
procesar
y volver a reunir estas ideas
las ideas,
cuidar mis palabras,
mantener en pie mi actitud.. y el apoyo,
Sí.
Conecto mi interior y ya veo:
“Es lo que hay”,
pero no por eso me dejaré estar.
Está bien. ¿por qué me exijo tanto?
Si no estoy muy seguro, pido ayuda.
No,
no soy dueño de esta idea, pero aquí estoy
dando la cara
recibendo esta presión
de estos múltiples ojos invisibles.
Pero ahora, ahora despierto, y a organizar y revisar
paso por paso
los argumentos que debo presentar.
.........................................
Dedicado a los cientos de dirigentes
universitarios y secundarios
que han debido hacerse muchas veces este
tipo de preguntas en este tiempo.
Una especie de diálogo interno del que se
sale con aprendzajes vivenciales.
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