Te sugiero una cadena de versos
en carros alegóricos, para que
todos los estudiantes,
apoderados,
y profesores,
vayan corriendo alegres
desde la burbuja de jabón
hasta la última hoja del eucaliptus.
Eucaliptus, en tu altura
nos embriaga tu aroma.
nos invitas a explorar los altos montes
de mi amada cordillera.
Cordillera, contemplo,
desde el patio de mi escuela,
y me admira
la distante belleza que regalas,
cuando el sol te baña por la tarde.
Tarde viene, pero llega,
el darme cuenta de los pesados fardos
que han lanzado al centro del alma
sofocando la magia y la aventura
porque han hecho de ti, Escuela
una pálida figura.
Figura de re-encuentro
despertando el vuelo en cada pluma
en el libre asomar de nuevas alas.
¡Alas, Alas, vamos a la altura!
Enrique Dintrans Alarcón
* En verso encadenado.
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