Lo primero que se viene a la cabeza de quien es ignorante en
un tema,
es llegar a ser sabio,
no sin antes ser humilde para lograrlo,
es bien sabido de quien profesa el conocimiento
que la arrogancia en sus sentires,
termina por quemarlo.
Es la angustia, y no otro sentir,
lo que recae al no saber,
si el gobierno sabe o no,
abordar la calidad de educación,
la que debería por derecho,
ser entregada a todos por igual,
pero sigue importando los niveles socioeconómicos
y mucho más el nivel de condición.
Y claro, en Chile no se da.
Es menester la necesidad de ser autodidacta,
tras eso, ahora me pregunto:
¿Si no me entregan las herramientas,
que mierda esperan que consiga de esto?
Lo que deben esperar es que fije mi atención en otro asunto.
Nos apartan de la geografía,
de la historia y la química,
nos dejan sin lenguaje ni matemáticas,
nos entregan farándula y basura mediática,
fármacos y bonos ante la estática,
de un gobierno superfluo,
que a la educación y al maestro,
aleja la didáctica.
Y claro, en Chile no se da.
¡Maestro!, amante del letrado,
danos la sabiduría para culminar con la tragedia,
danos la mirada para acercar las fronteras,
danos la fuerza para cargar con el difunto,
y aun así, alejándonos de los sueños prometidos,
seguir luchando por la educación hasta haberlos vencido.
Y claro, en Chile no se da; y el fin del lucro, menos se
dará.
Maya Campos &
Fabián Ruiz
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