Para reprimir con éxito
primero se anticipa una imagen
negativa
y socialmente
"inaceptable"
del que exige sus derechos
sean repetados.
Así, el Ministro del Orden
mueve a los soldaditos de plomo
para que preparen la escena.
Las cámaras están dispuestas.
Las ígneas barricadas florecen el
llamas.
Ahí están los profesionales de la
noticia para informar.
La policia aún no llega.
Una columna que marcha
mostrando pancartas sonoras
se encuentra con las calles
instaladas
en un escenario preciso.
Aparecen los uni-capuchados
para reclamar la parte de la noticia
que les corresponde.
Entonces los derechos ciudadanos
sufren
la metamorfosis del caos. ¡Vaya
sorpresa!
¿No era más sensato haber oído hace
seis meses
o mejor dicho, seis años,
que el lucro como motivo fundacional
de la educación
es el causante de una sociedad
enferma y apátrida?
El Señor Ministro anuncia querellas
para dejar en claro que el
"lucrorden" es lo primero.
Pero los árboles siguen floreciendo
en las plazas
y la gente ya sabe que la educación
es un derecho.
El "lucrorden" es un caos
de cuello y corbata
no apto para inspirar un sistema
educativo.
Pero tiene trampas para contaminar
nuestra noosfera
e imaginar nuevas hazañas y despojos
Atención Democracia, dama herida,
atención.
El poder ha decidido reprimir tus
canciones.
El Señor Ministro está
preocupado.
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Autor: Enrique Dintrans Alarcón
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