4 pesos vale la
educación, ¿cuánto valen
los mísiles? Los
presupuestos y porcentajes
son la ironía de
la burocracia dialogada;
todo va en la
nada, en vano, sin una bitácora
que guía al
ascensor de sueños, ¿qué sueños?
¿Sueñas a aprender
o te gustaría hacer copy y
paste? ¿Por cuánto vende la educación en tu
sector? Los bancos
te comen boca-abierta con intereses
como una
sopiapilla en cuotas. Es el nuevo capitalismo, la
nueva
política de Cirque de Chile: Tu bolsillo, nuestro crecimiento.
Un país que te
empuja a trabajar sin un libro,
eso se llama la
vanguardia para ganar tu pan. ¿En qué
vemos el cambio?
Careces sin crecer, sin la voz inteligente,
sin saber el valor
porque el colegio mata el aprendizaje; buscas
tu destino en la
belleza de pensar caminando en la tierra baladí.
Argumentas con la
estatua de Academia: ¿Todos son maestro
de uno, y uno no
es el maestro de nadie? El hablar es polémico;
escribirlo es
cancerígeno; declararlo es vivir tu epitafio en la
biblioteca
ciega. ¿Cuánto cuesta un sueño?
Vitrineamos en
la Falabella. Es el ataúd de las líneas
invisibles en nuestras palmas.
Réquiem: todo por
el pueblo, pero sin el pueblo. El viejo
truco de promesas
funciona a blindar la ciudad de
aspiraciones. El
barómetro de libertad en tándem a la educación
es una propiedad ajena, vendida, alquilada por deus ex machina.
Porque murió el pequeño dios, en letra chica, con el pago de
matrícula.
La condición intelectual es una estatua de desobediencia civil. Tú,
invisible alumno, no dejas de pensar con tu obediencia móvil, con
tu resistencia firme, con tu fe de luchador, seguimos en marcha sin
un reloj al subir este ascensor de sueños, donde todo ¡ES! porque
ahora tú estás frente a ellos quienes triunfan siendo el hombre en Poder.
¿Cuánto cuesta una
educación gratuita?
Por Ramón Sagar,
Chicago, Illinois.
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